Analista invitado Ciudadano Activo
Facebook y la democracia radical.
Hay razones para ser optimistas. Esta vez las buenas nuevas vienen de la mano de un anónimo “ciudadano activo” y 62.047 miembros del grupo virtual “¿cuál primera vuelta?” de facebook, que en ejercicio de una ciudadanía crítica, han emprendido la dispendiosa labor de corroborar los formularios E-14 de los jurados con el preconteo de votos de la Registraduría. Tras los vicios procesales de las elecciones legislativas, las denuncias de fraude en Valle, Bolívar y Atlántico, y la inoperancia (o falta de voluntad) para corregir los fallos y dar buena fe de los resultados electorales, el máximo órgano encargado de dirigir y organizar el proceso electoral se encuentra en la mira de varios sectores de la sociedad que, en avanzada hacia la consolidación de una democracia radical y participativa, están realizando una auténtica auditoria popular. Ejercicio pionero en América Latina.
Y de eso se trata. Hay que aplaudir, apoyar y blindar todo esfuerzo por ejercer un control civil de la administración pública. Tal es el camino de la madurez política. En Colombia se empieza a entender que las instituciones están al servicio de los ciudadanos, y estos se ven como responsables del buen funcionamiento de aquellas. En un estado que pierde su legitimidad en los senderos de la corrupción y la ineficacia, el empoderamiento de la sociedad civil como agente de control es una inyección de esperanza por la transparencia.
Frente a la apócrifa democracia representativa que cae al vacío en tanto no representa, surge la propuesta de la democracia radical, que entiende al ciudadano como agente capaz de razonar de manera crítica con voz propia. Frente a la falacia de la democracia participativa que se desmorona cada vez que niega y excluye a los sectores contestatarios de la sociedad, surge la propuesta de una democracia deliberativa, que entiende los procesos de cambio social como resultado de un debate entre todos los agentes involucrados que, mediante la argumentación y el entendimiento, han llegado a un consenso. Y frente a la incompetencia de una democracia liberal-burguesa que supedita las necesidades sociales a los intereses de la clase corporativa, surge la propuesta de una democracia real, que compromete a la administración pública a ocuparse de las demandas populares.
El experimento cobra aún más significado en cuanto es abierto y plural. Convoca a todos los sectores que puedan sentirse vulnerados en el preconteo de las elecciones, sin presentar de manera tácita una inclinación por algún partido o candidato, y sin apresurarse a presentar conclusiones. Este punto es más difícil de remediar, pues el grupo no ha tardado en caer en el reclamo partidista (en este caso de los verdes), en las acusaciones de manipulación electoral, y en la lógica del desprestigio al adversario. Todo esto en detrimento de un control objetivo e imparcial de las instituciones de la administración pública, objetivo inicial del grupo.
El grupo ha conseguido que la Registraduría se manifieste al respecto y aclare a la opinión pública los descalabros que han hecho evidentes. En comunicado de prensa Nº 213 de 2010 se dice que “las posibles diferencias entre el proceso de preconteo y los formularios E-14 son irrelevantes para el escrutinio, ya que en éste no se toman en cuenta los resultados del preconteo”. Pero eso no explica, señor Registrador, por qué los datos de los formularios E-14, con los que se realizan las actas parciales E-24, y el acta general E-26, presentan correcciones fuera de lugar y evidentes signos de manipulación. Es eso lo que hay que revisar, aunque estuvo bueno el intento por distraer la atención. Las investigaciones se seguirán haciendo y seguirán un curso que a estas alturas resulta inevitable, la impugnación o el reconteo.
En efecto, el ejercicio no se puede abandonar. Ni para la segunda vuelta de las presidenciales ni para las próximas elecciones. La utilización de las nuevas tecnologías en el adiestramiento de una sociedad civil capaz de pensarse como responsable de la eficiencia de las instituciones, es un paso importante en la construcción de una verdadera democracia. Queda advertida la Registraduría que a lo que se enfrenta es a una ciudadanía crítica decidida a tomar las riendas de nuestro destino como comunidad política.
Los muertos del Naya, la paz no hallan.
A nueve años de la masacre del Alto del Naya, las heridas siguen sangrando. Se abren nuevamente y siguen sumando muertos que engrosan las cuentas de la impunidad. La impunidad de un Estado aberrado que es juez y verdugo por acción y por omisión. La lacra de la impunidad que ha encontrado asidero en la cultura política colombiana, que ni ve ni escucha ni habla, porque eso no es asunto mío y alguien tenía que hacerlo. En Colombia se asesina a los dirigentes de las organizaciones de víctimas, mientras que el gobierno habla de postconflicto, radica proyectos de Ley de “Justicia y Paz” para los victimarios, y tumba el proyecto de Ley de víctimas porque plata para eso no hay.
Los sucesos del Naya son una síntesis del tejemaneje que se ha dado al asunto del paramilitarismo en Colombia, y a su vez, un reflejo de lo que ha acontecido en otros lugares del país: la zona tenía una gran presencia de las Farc, (columna móvil Jacobo Arenas y el Frente VI) y el Eln. Tras la reestructuración organizacional de estos grupos durante el periodo Pastrana con la zona de despeje, y al dar por terminadas las negociaciones se incrementan las acciones beligerantes, sobre todo las de contenido simbólico, como la toma de la Iglesia La María en 1999 y el secuestro de los diputados. Todo esto actúa como el marco idóneo para legitimar la acción que, utilizando los mismos medios, diera fin a las guerrillas en la zona.
En este orden de cosas, empresarios y exportadores de alcaloides coinciden en “invitar” a las Autodefensas Unidas de Colombia a la región. El encargado es Ever Velosa, H.H., quien comandara el Bloque Bananeros, y desde entonces comandaría el Bloque Calima en el Cauca y el Valle. A partir de diciembre de 2000 y durante el 2001 la arremetida en la región es a sangre y fuego, se suceden varios hostigamientos, combates, asesinatos selectivos y demás actos de intimidación en varios municipios de la región, desde el Naya hasta el pacífico, bien conocidos por la opinión gracias a su atrocidad. Destaca por sanguinario la masacre del Naya, que dejó 30 muertos, más de cien desaparecidos y 4.000 personas desplazadas. Con ellos empezaría a trabajar Alex Quintero, abanderado de los derechos a la verdad, la justicia y la reparación.
Para el año 2004, el Bloque Calima entra a formar parte del entramado de las desmovilizaciones, el proyecto publicitario del gobierno para desligarse de los grupos paramilitares y relegitimarse como clase en el ejercicio del poder. En el caso del bloque Calima, hacen entrega de armas 564 militantes al mando de H.H., aunque el ejército estimaba en 900 hombres su pie de fuerza. El otro pretendido de las desmovilizaciones era el de limpiar el nombre de las fuerzas del orden, una vez gozando del mando sobre estas, estableciendo una separación entre el uso de la fuerza legal y el ilegal, magistralmente desmovilizado.
Para el año 2004, el Bloque Calima entra a formar parte del entramado de las desmovilizaciones, el proyecto publicitario del gobierno para desligarse de los grupos paramilitares y relegitimarse como clase en el ejercicio del poder. En el caso del bloque Calima, hacen entrega de armas 564 militantes al mando de H.H., aunque el ejército estimaba en 900 hombres su pie de fuerza. El otro pretendido de las desmovilizaciones era el de limpiar el nombre de las fuerzas del orden, una vez gozando del mando sobre estas, estableciendo una separación entre el uso de la fuerza legal y el ilegal, magistralmente desmovilizado.
Pero hay cosas que aunque se escondan, huelen. Y en septiembre del año pasado fue capturado el general (r) Francisco René Pedraza, involucrado en las versiones libres de Ever Velosa, y acusado por la Fiscalía de “homicidio múltiple agravado, desplazamiento forzado agravado, concierto para delinquir agravado y terrorismo” por su participación en las acciones del Naya. También sería Velosa quien en sus versiones diera cuenta de sus antecesores al mando del Bloque Calima, Román, un sargento retirado del ejército, y don José, mayor retirado del ejército. A su vez, la comisión Intereclesial de Justicia y Paz denunciaría que entre los perpetradores de la masacre había uniformados con insignias del batallón Pichinchá de la Brigada 3 del ejército.
No hace falta más que escuchar las denuncias que sin pelos en la boca hacía el mismo Alex Quintero, en la octava conmemoración de la masacre del Naya, “nosotros que hemos sentido, que hemos vivido el desplazamiento, que hemos visto como los agentes que nos representan a nosotros, agentes del gobierno nacional, han accionado con los mismos paramilitares en las zonas montañosas […] Cuando veíamos nosotros coordinar acciones militares entre los paramilitares y la fuerza pública, cuando nos paraba un retén paramilitar y a los diez quince minutos nos paraba un retén militar […] Es por eso que nosotros las víctimas siempre seguimos reclamando, que si libertad en Colombia se quisiera, nosotros, con una confianza de que sí el gobierno tiene una voluntad, se debería empezar a judicializar a esos comandantes, a esos policías. Ya H.H. lo ha dicho en varias versiones, el gobernador se reunió con nosotros, Luís Fernando Velazco también se reunió con nosotros. Y aquí parece que no pasara nada. Eso es muy complicado para una democracia, para un país que se dice que es democrático”
Ahora y hasta ahora, cuando se empieza a saber la verdad, hay un nuevo problema no menor que el del paramilitarismo. Según algunos analistas consiste en un resurgimiento de las estructuras paramilitares. Según el gobierno y la fuerza pública, son Bandas Criminales Emergentes, BANCRIM, y es que no se puede tirar por borda esa pieza magistral de la desmovilización que orquestara Luís Carlos Restrepo.
Velosa fue enviado al sur del Valle como hombre de confianza de los hermanos Castaño, para reestructurar política y militarmente las Autodefensas que se habían convertido en ejércitos privados de los carteles de la droga. Desde entonces y hasta su “desmovilización” se financiaron de este mercado. Mercado que hoy disputan Diego Montoya, al comando de “Los Machos”, para que no quede duda, y Wilber Varela, al mando de “Los Rastrojos”, ambas organizaciones conformadas en gran parte por exparamilitares a quienes el gobierno incumplió en los tratos, como ha hecho otras veces, situación que lleva prolongando la guerra en Colombia durante varias décadas. Es que hay que tener palabra. También la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca, ACIN, ha denunciado la presencia de otras Bandas Emergentes, en especial de la banda “Organización Nueva Generación (ONG)” y las “Águilas Negras”.
Velosa fue enviado al sur del Valle como hombre de confianza de los hermanos Castaño, para reestructurar política y militarmente las Autodefensas que se habían convertido en ejércitos privados de los carteles de la droga. Desde entonces y hasta su “desmovilización” se financiaron de este mercado. Mercado que hoy disputan Diego Montoya, al comando de “Los Machos”, para que no quede duda, y Wilber Varela, al mando de “Los Rastrojos”, ambas organizaciones conformadas en gran parte por exparamilitares a quienes el gobierno incumplió en los tratos, como ha hecho otras veces, situación que lleva prolongando la guerra en Colombia durante varias décadas. Es que hay que tener palabra. También la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca, ACIN, ha denunciado la presencia de otras Bandas Emergentes, en especial de la banda “Organización Nueva Generación (ONG)” y las “Águilas Negras”.
El asesinato de Alex Quintero, el asesinato de cualquier defensor de los derechos humanos, de los líderes comunales de la resistencia civil frente al conflicto armado, nos recuerda que mientras no se hable claramente del conflicto armado como condición estructural del mercado de la droga, seguirá corriendo la sangre, aumentando los rencores, aumentando la sed de venganza, y la guerra se perpetuará. Es un debate que pasa por toda la sociedad, y no sólo la colombiana, que respecta a que todo consumo genera su propio mecanismo de producción, y a nosotros nos tocó el de la coca. El sistema de producción que para mantenerlo rentable requiere que sea ilegal. El mismo mercado que financia estos ejércitos o bandas irregulares, que se encargan de crear bastiones electorales alrededor de la geografía nacional. Y ninguno de ellos, ninguno, tiene la intención de que este orden de cosas se acabe.
Cuando se le cambian los pañales a la nación
La madurez política de Colombia está aún bien lejos. Con mano fuerte y corazón grande, hace ocho años se decidió que como país teníamos que ponernos pañal, porque las carreteras estaban llenas de caquita y eso no podía ser. Esta patria necia necesitaba disciplina y control, un padre como dios manda. Y aunque olía mal, hace cuatro años se decidió que todavía no tocaba baño. Ahora ha venido la madre rezagada, doña Corte del santísimo Socorro, y ha dicho que cómo se le ocurre, que hay que cambiar al bebé, pero es que es ya. Y pasa lo que pasa cuando uno cambia un pañal: que se encuentra con un mayor en retiro con pestilentes incriminaciones, una diarreica sarta de hechos inenarrables, frente a testigos de la opinión pública internacional. Lo que hay es a lo que olía.
El debate de las presidenciales sigue esa línea: las opciones punteras están repartidas entre los que piensan que hay que seguir con pañales, y los que creen que hemos alcanzado la edad para enseñarnos a ir al baño solitos. Ahí se quedan dos tercios de los votantes, y resuelve en segundo round el otro tercio. Así de breve. Ahora resulta que los relatos sobre Santiago Uribe y los doce apóstoles son parte de un montaje destinado a capturar el voto segregado. Santo cinismo, ruega por nosotros los pensadores, amén.
Ya han soltado las hordas a ladrar: salió el ministro de Interior a defender el franco jurídico y dijo que siempre se acata a la justicia Colombiana, que dictó auto inhibitorio por falta de pruebas en el proceso contra Santiago. El mismo ministro cuyo hermano Guillermo León, siendo director de Fiscalías de Medellín, fue detenido por sus nexos con “Don Mario”, y fue declarado insubsistente por la misma justicia. Y digo yo que Pérez Esquivel se queda corto cuando dice que “lamentablemente tenemos dificultades de ver que la justicia en Colombia sea independiente.” Tan divino.
Salió el General Naranjo a defender el franco de la violencia dizque legítima porque dizque del Estado, y a la usanza en boga le echó la tierra a Venezuela y a los Comba, pero esta le salió mal por su estrecha visión binaria. Acá nadie dice que Meneses sea de los buenos, ni que no deba pagar. Pero Naranjo poco entiende de la verdad como requisito de la paz. Y es que nadie tira piedras contra el techo de la casa. También dice que a Benavides le ofrecieron 500 millones para decir mentiras, pero que no los cogió y se negó a embalar a la familia del presidente, ejemplo de la alta moral militar. Y dice el ministro Silva que el gobierno constató la injerencia de la inteligencia venezolana en el asunto. Pues si hay pruebas muéstrelas ministro.
Salió el vicepresidente Santos a poner pecho en el frente electoral, y a vaticinar que al primis le van a montar otro complot con fines electorales, pero que no se alarmen los votantes, que son todos unos bandidos embusteros. Conspiradores externos. Malas pécoras, mentirosos. Todo encaminado a manipular los resultados de las presidenciales. Y yo me pregunto, si no afectó la relación de Guillermo León con los paramilitares en la designación de Fabio como ministro, cómo podría afectar la opinión de los seguidores de Santos, el que el hermano del presidente, ni siquiera el suyo, haya financiado y dirigido otros grupos paramilitares. ¿Cuál es el miedo?
Curiosos los caminos que siguen los encargados de legitimar el contubernio gobierno-paramilitar. El teflón del presidente y su familia. Mucha palabrería suelta en los medios de comunicación, pero así no funciona. Si es un montaje, dónde están las pruebas. Eso es avanzar hacia la madurez política, hacia el control civil de la administración pública, quitarse el pañal. Si las familias de los gobernantes siempre se libran por vicios procesales, por falta de pruebas, por vencimiento de términos. No, no, demuestre que es un montaje y entonces hablamos. Es que no hay que rendirle cuentas sólo a la justicia, están muy equivocados estos que gobiernan. En el ejercicio de la función pública tiene que rendir cuentas a la sociedad civil, a nosotros.
Curiosos los caminos que siguen los encargados de legitimar el contubernio gobierno-paramilitar. El teflón del presidente y su familia. Mucha palabrería suelta en los medios de comunicación, pero así no funciona. Si es un montaje, dónde están las pruebas. Eso es avanzar hacia la madurez política, hacia el control civil de la administración pública, quitarse el pañal. Si las familias de los gobernantes siempre se libran por vicios procesales, por falta de pruebas, por vencimiento de términos. No, no, demuestre que es un montaje y entonces hablamos. Es que no hay que rendirle cuentas sólo a la justicia, están muy equivocados estos que gobiernan. En el ejercicio de la función pública tiene que rendir cuentas a la sociedad civil, a nosotros.
No se trata de que los paramilitares hayan suplido las funciones del Estado, que es otro problema. Hablo de que el Estado se utilizó para ayudar a los grupos paramilitares. El asunto es que se ha utilizado al Estado para alcanzar fines de clase: en su brazo militar para barrer a los indeseables y a los enemigos de poca monta, en su brazo legislativo para hacer coincidir los intereses de clase con los de la nación, en su brazo político para monopolizar los recursos públicos, y en su brazo jurídico para lavar el nombre de sus familiares, entre otras cosas. El Estado al servicio de clase.
Falta verdad, mucha verdad, asumir la verdad como ética política para que podamos decir que como país hemos empezado a tener barros y espinillas.
Uribe y el neocorporativismo global.
La derecha corporativista española premia a la derecha gamonal colombiana por sus avances en la consolidación de un Estado corporativo al amparo de la idiosincrasia reaccionaria. Los países sólo existen para unos y he aquí la prueba. Una noticia irrelevante en principio, cobra valor por el provincialismo de nuestra cultura política manifiesto en el complejo de inferioridad de nuestros periodistas, que pretendiendo vender mazorca, anuncian que España concede a Álvaro Uribe el premio a “mejor dirigente político iberoamericano de la década”. Mentira.
Lo que ha ocurrido es que en un intento de legitimación de clase global, un grupúsculo de expolíticos españoles militantes de la derecha, hoy magnates y diestros empresarios del sector de los medios de comunicación, hijos de esa versión cristiana del protestantismo que fundara Escrivá, han decidido coronar al presidente Uribe con un rimbómbate título que le sume puntos de popularidad en territorios indianos. Es como si el comité ejecutivo de El Tiempo (ahora bien repartido con la élite hispánica corporativista), concediera un premio a la lambonería de Alan García; o mejor aún, como si al consejo de la Universidad de la Sabana se le ocurriera premiar a Marta Lucía Ramírez y a Sabas Pretelt por sus excelentes gestiones para terminar “la obra de dios”. Mi abuelita también dice que soy buen mozo, y qué.
Argumentan el señor Ariza Iragoyen y su séquito (1), que el dignatario se hace acreedor al leviatánico título en honor a su “trabajo destinado a mejorar la calidad de vida de su país, a defender los valores del bien común, y la lucha contra el terrorismo” . El bien común entre ellos, claro. Defienden los abanderados de los principios morales del acaudalado arzobispo de Madrid, Rouco Varela, que “defender los valores del matrimonio y la vida de los no nacidos” es motivo más que suficiente para encumbrarlo en semejante pedestal. Pero no se menciona la moral del prelado respecto al valor de la vida de los sí nacidos, y matados por el Estado, por ejemplo. Y ensalza Intereconomía, que el presidente hizo todo esto “siguiendo los valores del libre mercado”. Es que Uribe es un crack.
Los países han desaparecido para ellos. Lo que queda son corporaciones con el beneplácito del sector reaccionario-empresarial de las clases políticas nacionales, que coinciden en sus intereses económicos. Corporaciones que se hacen con los medios masivos de comunicación para propulsar su autolegitimación. Es decir, la configuración de una clase corporativista global, que pretende hacer coincidir sus intereses económicos con los intereses estatales allí donde consigue hacerse con el poder, verbigracia, en Colombia. Y en consecuencia, el uso de las fuerzas de seguridad de los Estados como agentes de seguridad privada para esta clase. Cualquier Berlusconiano paralelo es pura picardía.
Una clase que se alimenta de los vacíos jurídicos y las diferencias legales de país a país. Que se mueve entre la trampa, haciendo en otras latitudes lo que en sus países está prohibido. Un Banco Mundial que exige a los países promover la autonomía de los pueblos y un Fondo Monetario Internacional que condiciona sus préstamos al reconocimiento del pluralismo jurídico, como estrategia política para saltarse la legislación estatal en la explotación de los recursos.
Y mientras esta clase global asciende impasible por los caminos narcóticos de la tele, un sector importante de la izquierda sigue con el chicle pegado del imperialismo, identificando obsoletamente un enemigo externo con una ubicación geográfica que coincida cómodamente con algún Estado-nación. Como si la cosa fuera todavía entre países.
Mentira, son todos los mismos y están en todas partes, las élites nacionales trabajan codo a codo alrededor del globo. Lo que ellos entienden por países no es más que ingentes masas populares, alimentadas con el rico cebo de los nacionalismos, que dócilmente paguen impuestos y de vez en cuando voten.
Mentira, son todos los mismos y están en todas partes, las élites nacionales trabajan codo a codo alrededor del globo. Lo que ellos entienden por países no es más que ingentes masas populares, alimentadas con el rico cebo de los nacionalismos, que dócilmente paguen impuestos y de vez en cuando voten.
La paz a bala mata.
Blanco o negro es el análisis que se ha hecho de la situación del Cauca el último mes. La mentalidad binaria de la cultura política nacional: si no estás con Colombia estás con el terrorismo. Eslogan contundente y clara declaración de intenciones. La ironía es que entre esas opciones para escoger, izquierda armada radical vs élite de derecha político-militar, todos son los mismos. Los que aseveran que la guerra es un medio para alcanzar la paz, la paz a bala. No porque sean tontitos, sino porque nos creen a nosotros. Ellos saben perfectamente lo que hacen.
Del análisis de los enfrentamientos en el Cauca durante el último mes (y durante el último año), hay un actor excluido, las comunidades. Un proceso que conviene a muchos no mencionar en alto porque rompe la estructura binaria de las opciones que se presentan. Ese contubernio no explícito entre las guerrillas y la élite reaccionaria, conscientes de que cada uno debe su existencia al otro. Conscientes además, de que ninguno de los dos posee el afecto de las mayorías. En resumidas, conscientes de su propia ilegitimidad y del hecho que la mínima legitimación a la que pueden aspirar, consiste en la existencia y falta de apoyo del “enemigo”.
Frente a esto las comunidades se han parado y les han dicho a guerrilla y ejército, en territorio indígena no se echa plomo. Y están en su derecho, no porque sean indígenas sino porque viven ahí. Eso es como cuando el dueño del bar le dice a uno, “si se van a dar se me van pa’fuera”. Uno o se sale o se calma. Pero estos ni se calman ni se van. Se van las madres con sus hijos, y se van algunos hijos que ya no vuelven.
La guardia indígena es un ejercicio de resistencia civil no armada desde la sociedad civil. Una propuesta de paz a punta de resistencia. Los muertos del conflicto en el Cauca se quedan en las familias, de los que ven que sus hijos van a la guerra y de los que ven que sus hijos van al aguante. Los últimos no cuentan con disparar, mucho menos con morir. Pero también mueren.
Víctimas de la tozudez y el interés de los de la guerra. Entre el dolor de la pérdida de una hija, un padre agradece al resguardo y a la guardia, e insta a no mermar en el proceso de resistencia (Las Balas asesinas le quitaron la vida a Patricia). Sus llantos hablan de su hija de 19 años como quien entiende a un mártir de la causa. La autonomía y la autodeterminación de los pueblos como respuesta a dos opciones homogeneizantes, impuestas mediante la fuerza, y con fines totalitarios. La misma tozudez se cobra la vida de un niño de cinco años, que no entiende de causas ni le interesa ser mártir, pero le tocó en suerte ser hijo de concejala.
Las comunidades entienden con razón que uno tiene potestad para decidir cómo se quiere vivir en el territorio de uno, como de escoger dónde poner el televisor en la casa. Frente a una guerra que se basa en el control militar sobre el territorio, se ofrece reducir control territorial de de los actores hasta que pierdan su poder. Astucia indígena. Personalmente me uno y apoyo el ejercicio de la resistencia civil no armada, no sólo en el Cauca, sino en San José de Apartadó, en Berruecos, en Belén de los Andaquíes, en San José de Albán, y allí donde se dé. Hago votos para no olvidar a los que mueren desarmados y resistiendo. Y pugno para asumir esta forma de acción como medida generalizada contra las arbitrariedades del poder, especialmente de aquel fundamentado en el uso de la violencia, en todo caso ilegitima, sea del gobierno o de las farc. La paz a punta de resistencia frente a la paz a punta de bala.
Con el voto que DAS
Mucha atención a cómo se ha manejado el asunto de las chuzadas del DAS. Cuando el escándalo de la parapolítica se habló del efecto teflón del presidente Uribe, ese misterioso pero efectivo mecanismo mediante el cual toda acusación directa resbala. De nuevo reclamamos responsabilidades políticas, en ejercicio de una ciudadanía crítica y del control civil de la administración pública. De nuevo los responsables se escudan en la abstracta legitimidad que confieren los votos y las encuestas de favorabilidad.
En este caso comparto la indignación de Juan Gossaín y me sumo a la reclamación de responsabilidades. ¿A quién le quieren meter los dedos en la boca? Estamos frente a una persecución política, objetivos políticos, con un planteamiento político, no militar. Esto no tiene que ver con la seguridad ni el monopolio de la fuerza. Si blanco es y gallina lo pone, sabemos que estas operaciones fueron planeadas desde la cúpula de un partido político interesado en la permanencia de este orden de cosas. Difícilmente agentes del DAS están capacitados para tener tan concisos intereses políticos, no porque no tengan intereses particulares, sino porque carecen de la astucia para verlo de esta forma.
Todo esto se realizó con fondos públicos. El uso del aparato del Estado en favor del grupo de interés en el gobierno es un atentado contra la sociedad en su conjunto, contra la democracia, y contra la libertad. Desvela una clase dirigente, mucho más dispuesta a desestabilizar a la sociedad y manipular a la opinión, que a solucionar los problemas de participación y a ganarse el afecto de la gente con eficacia en el manejo de los recursos. Conforme al razonamiento de élite, revela una clase política que tiende a mantener las condiciones de pobreza e inaccesibilidad al poder, incluso utilizando los medios que proclama combatir, lo que es un doble engaño.
Pero además, el cinismo del señor Granados no tiene antecedentes. El Tiempo publica una declaratoria en donde dice que se ha montado una tormenta en un vaso de agua. Hágame el favor. El abogado del secretario de prensa de presidencia considera que se está perturbando el orden institucional, y que el debate sobre el tema de las chuzadas afecta la salud de la república. Y esto ya no es querer meternos el dedo a la boca sino en otra parte. Lo que el señor Granados entiende como poco más que un montaje en contra del gobierno, es en la práctica una estratagema político-militar a la usanza de los regímenes dictatoriales.
Sin bola de cristal vislumbro en el futuro unas cuantas cabezas de turco de mandos medios cortadas y bien expuestas en los medios de comunicación. Exilios temporales y bien pagados de los mandos de mayor rango implicados. Y brillantes carreras políticas para los ideólogos, verdaderos beneficiados por esta campaña de manipulación de la realidad. Todo esto al amparo del voto que DAS.
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